Descargar
libros, películas, series, canciones o imágenes se ha convertido cada vez más
en una actividad frecuente e incluso normalizada, pero rodeada de controversia.
Y eso, básicamente, se debe quizás al premeditado valor semántico que se ha
tratado de dar a esa expresión, convirtiéndola en sinónimo de piratería o actividad delictiva. Y no, señores, toca advertir que descargar contenido CULTURAL de internet no es
siempre e indefectiblemente ilegal ni poco ético, ni ninguna otra cosa
disparatada que muchos han querido y continúan queriendo que creamos.
Ilegal
es, según la ley vigente, descargar contenidos —libros, canciones, imágenes,
series, películas, programas de ordenador, etc.— cuyos derechos no sean de dominio público sin abonar una cantidad
económica. Es decir, si pagas a las personas o entidades que poseen esos
derechos sobre el libro, la película o lo que sea, entonces es una descarga
legal y se hace constantemente, por ejemplo, en Amazon y en La casa del
libro.
En el
caso concreto de los libros, hay muchas plataformas que ofrecen las últimas
novedades editoriales en distintos formatos (PDF, epub, mobi, etc.) de forma legal, pagando.
Pero también las hay que recurren a compartir contenido a través de la descarga
gratuita para el usuario, que el único inconveniente puntual que puede
encontrarse es la aparición de anuncios (juegos de azar, contactos y demás
promociones) en forma de ventana emergente y que son la fuente de ingresos de
las personas que gestionan esos sitios web. Así que podría decirse que ese afán
de compartir, por lo general, no suele ser tan altruista. De hecho, a día de
hoy, se sabe que es un negocio bastante lucrativo.
Eso es
una realidad, la realidad actual en el panorama editorial o literario; las
fronteras se cruzan por un lado y por el otro con el uso de ambos términos,
porque no todo se ofrece con una labor editorial detrás ni, honestamente, todo
es literatura. Pero esas son las circunstancias y, sin poder evitarlo todavía,
afectan a esos dos mundos —literario y editorial— tanto en el plano económico
como en lo relativo a la calidad final del producto.
Pero
ese ya es otro tema. Aunque aquí queda la siguiente pregunta: ¿A quién se le
está produciendo mayor prejuicio al descargar gratis un libro que está a la
venta? Y toca romper una lanza a favor
de los escritores, los creadores de contenidos. El autor, si está vivo, o
sus descendientes pueden sufrir a pequeña escala dentro de su economía ese
prejuicio. Él o ella han dedicado esfuerzo, tiempo e ilusión en crear una obra
por la que obtendrán en el mejor de los casos un 10% de las ventas, cuando no
mucho menos. Lo que implica que, al trabajar con agente, editorial,
distribuidor y librería, si su libro tiene un precio de venta medio de 18€,
cobrará 1,8€ por cada ejemplar vendido. De manera que para obtener 180€, tendrá
que vender legalmente 100
ejemplares. Si fuesen 1000 libros, conseguiría 1800€, sin descontar el
correspondiente pago de impuestos a Hacienda, que “somos todos”, por esos
ingresos.
Entonces,
¿dónde quedan esos 16, 2€ restantes que habéis abonado al adquirir un ejemplar de esa obra que llevabais tiempo
esperando? Pensadlo, que de vez en cuando viene bien.
En Wikisources se puede leer la obra en línea o se puede descargar |
Al
margen de ese mundo de descargas ilegales al que la gran mayoría culpa del
triste estado del panorama cultural —no solo sucede con los libros—, existen
páginas webs y plataformas que ponen a disposición del usuario, de forma
totalmente legítima, una gran cantidad de obras
gratuitas. Es el caso de bibliotecas,
librerías, editoriales (sobre todo de autoedición), plataformas de recopilación o las propias páginas de los escritores. Y eso lo hacen o bien porque los
derechos de autor ya han prescrito (según el Convenio de Berna, 50 años, y según el Derecho europeo, 70 años tras el fallecimiento del creador) o
porque el propio autor ha decidido renunciar a ellos en algunos aspectos y con
diferentes fines, por ejemplo, el de promocionarse de cara a sus siguientes
publicaciones.
En 1libro1€uro, los autores donan sus obras y los lectores únicamente tienen que aportar un euro que irá a la ONG Save the Children |
Así
que, como lo que nos interesa es leer y si puede ser literatura de calidad,
mejor que mejor, aquí va un pequeño
listado de los sitios web donde podéis descargar
gratis de forma legal multitud de obras. Eso sí, en algunos casos, la criba
en cuanto al nivel del libro queda a vuestro criterio personal, aunque se han
evitado en la lista ciertas fuentes por eso mismo. Pinchad e investigad.
En las bibliotecas, será un préstamo electrónico, en otras webs podréis descargar o leer en línea, y en las plataformas de venta como Amazon o La casa del libro, buscad los libros gratuitos dentro del catálogo.
Ya no
tenéis excusa, ¡seguid leyendo!
@rpm220981
rpm.devicio@gmail.com
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